El embarazo en la adolescencia y la maternidad temprana se relacionan con altos niveles de mortalidad materna e infantil, ya que las mujeres que son madres en la adolescencia tienen mayor riesgo de mortalidad materna y sus hijos presentan el mayor riesgo de mortalidad neonatal (Unicef, 2018). A su vez, el inicio temprano de la maternidad, las altas tasas de fecundidad y las condiciones de vulnerabilidad, podrían además tener efectos en las probabilidades de tener hijos con desnutrición crónica. De acuerdo con un estudio del Banco Mundial que analiza los determinantes de la desnutrición crónica en Ecuador, la probabilidad de desnutrición infantil aumenta hasta 7% en hogares con al menos tres hijos menores de 5 años si se compara con el promedio nacional (Castro & Gachet, 2017). A su vez, esta probabilidad aumenta hasta 10% si se compara la probabilidad de desnutrición en hogares con al menos tres hijos menores de 5 años con la de un hogar donde vive solo un hijo menor de 5 años.
Fuente: UNICEF, 2018